jueves, 2 de junio de 2011
Los policías vietnamitas dejan de parecer duros
La policía, un cuerpo amado y odiado a partes iguales, agentes de la ley que en ocasiones no dudan en quebrantarla, autoridades competentes a las que algunas veces no compete la legalidad… y otras cosas por el estilo.
¿A santo de qué viene la parrafada anterior? Pues al hecho de que la policía vietnamita va a ser regulada por ley. Pero no por ser especialmente corrupta (esperamos que no lo sea) o por el hecho de ser especialmente brutal (que también esperamos que no lo sea) sino por mera actitud.
Según las nuevas ordenanzas y a partir de este momento cualquier policía de Vietnam no podrá llevar gafas oscuras, ir con las manos en los bolsillos, fumar o leerse una novelita en acto de servicio. También les esta prohibido esconderse entre los arbustos para acechar o tender emboscadas.
Vamos, que a partir de ahora los maderos vietnamitas perderán encanto: ya no aparentarán ser antihéroes que estén de vuelta de todo, agentes duros que esconden una mirada fría tras unos cristales ahumados, intelectuales con su corazoncito pero con ganas de que triunfe la ley o aguerridos y camuflados profesionales. Y todo porque los mandamases dicen que llevar placa lleva implícito ser un ejemplo, no sólo de legalidad, también de buenas maneras.
Vamos, que a partir de ahora ser policía en esa parte del mundo va a ser un “rollo vietnamita” (Juajuajua).
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